Wednesday, September 27, 2006

La importancia de abrir el corazón

Al comenzar a comunicarle a todo el mundo que Mariana tenía Down y que por eso la amábamos y queríamos luchar por ella, cientos de puertas comenzaron a abrírsenos. Yo le explicaba, a todo el que me preguntaba, que el padecimiento cardíaco de Mariana se debía al síndrome. Una mañana, me llamó una amiga, Maria Enriquez. Y pienso que fue Dios quien me la puso en el camino, porque al contarle la historia, me respondió (y sus palabras sonaron a gloria) que no me preocupara, que su primito de 13 años también tenía Down y estaba fantástico. Que si quería hablar con su tía, ella estaría encantada de responder mis preguntas. Fue así como aparecieron Paulina (cargada con fotos del Jose y muchas esperanzas) y Francesca. Fue un gesto lindo, porque sin conocerme, vinieron hasta mi casa para aminorar mi angustia. Francesca tenía un bebé de 10 meses en aquel momento, Esteban. Fue el primer bebé con Down (a parte de Mariana) con quien tuve contacto. El día que lo cargué, para mí, fue como abrir un pedacito de cielo. Sus ojitos lo decían todo (y es que Esteben tiene unos ojos preciosos): había que amarlo. No hay más qué hacer con un hijo. Con Paulina y Francesca pude hablar de forma sincera. Les expuse mis miedos y mis dudas. Sus respuestas estaban llenas de alegría y de espectativas increibles. No veían a sus hijos como un problema, sino como una oportunidad inmensa. Las veía, sentadas frente a mí, y no lo podía creer. Se veían tan... normales. Se las veía felices hablando de sus bebés, mostrando fotos, hablando de esperanza y de alegría. Me contaron de otras dos mamás (la Eva y la Meches) cuyos bebés tenían 6 y 2 meses (Alvarito y José Rodrigo). Días más tarde nos juntamos a cenar con sus esposos. Gerardo y yo estábamos maravillados al ver que se trataba de personas normales. Como nosotros. Como todos. Que tenían un bebé con Down y más que sobrellevar la vida, la vivían felices. Todos, obviamente, nos sentíamos identificados y estábamos decididos a luchar juntos por nuestros hijos. Durante estos meses hemos compartido nuestras historias, nuestras preocupaciones, nuestras alegrías. Cuando un bebé tiene un logro (sentarse, gatear, salir bien en un examen médico) la alegría es de todos. Nadie, más que ellos, podrían en ese momento imaginarse cómo nos habíamos sentído. Ellos habían pasado por los mismo y hasta la fecha, han estado siempre pendientes de nosotros y de Mariana. Y nosotros de ellos. Para la operación de la bebé, Francesca se movió por cielo y tierra hasta conseguir los donantes de sangre (que es un pain realmente) y por ello le hemos de estar eternamente agradecidos. Y los demás estuvieron super pendientes de la baby hasta que salió del hospital. Ahora, por su puesto, los consideramos de la familia. Todos compartimos hijos que tienen algo en común, y eso nos vincula de por vida. Somos una fantástica familia de gente buena y luchadora, que de no haber sido por el Down, quizás jamás se habrían conocido. Posted by Picasa

2 comments:

Anonymous said...

Vane he leído el blog de Mariana dos veces y es impresionante todo lo que cuentas y la forma en como lo cuentas. la verdad que es maravilloso leerte y verte y ver a Mariana en las fotografías. En tus artículos siempre escribís que has encontrado muchos amigos, que los que ya tenias siempre los han apoyado y das las gracias por ellos. la verdad que creo que somos tus amigos quienes tenemos que dar las gracias por permitirnos estar con ustedes en esta maravillosa fase de sus vidas. Somos nosotros quienes enriquecemos nuestras vidas cada vez que sabemos o leemos algo de ustedes. Como dice una motivadora, Mabel katz, "Los problemas no son los problemas. la manera que reaccionamos es el problema. las opiniones y los juicios que tenemos son el verdadero problema..." sos un ejemplo maravilloso a seguir. y de veras gracias por compartir esto con nosotros.

Unknown said...

Gracias por esa frase tan buena!