La idea de este blog es ayudar no sólo a las mamás que han recibido a su bebé con Down, sino también intercambiar sentimientos. Y bueno, los papás, aunque lo demuestran menos, también los tienen. Y muy pesados también. Por eso le pedí a mi esposo escribir su historia. Ojalá ayude a otros papás a ver que todos, en mayor o menor medida, hemos sentido lo mismo.
He aquí la historia de la persona de quién más amor y apoyo recibí, aún a costa del dolor que el mismo tuvo que sobrellevar. No te puedo decir más que gracias por haber estado ahí. Te amo.
"El pediatra entró a la habitación del hospital, nos dijo que apagáramos la TV y nos dio la noticia: Mariana tiene Síndrome de Down. La verdad que no me dio tristeza sino que el sentimiento fue más de incertidumbre. Lo único con lo que asociaba el SD era con retraso mental. ¿Qué se hace con un hijo así? ¿Qué oportunidades puede tener en la vida?
Lamentablemente las pocas personas que había conocido a través de mi vida con SD estaban bastante afectadas. Una de ellas era hija de una amiga de mi mamá. Recuerdo que casi no hablaba y nunca metía la lengua. A pesar de eso, no sentí tristeza ni miedo, luego de la incertidumbre, tenía la certeza de que teníamos como familia un reto por delante. No lloré ni he llorado a la fecha, lo cual también me preocupa porque no sé si aún no he podido desahogarme y eso pueda afectarme después. Sin embargo, creo que al menos sirvió para darle apoyo a Vanessa cuando ella estuvo mal las primeras semanas. Ella sentía que sus sueños con nuestra segunda hija se habían truncado para siempre.
Sin embargo, tanto ella como yo estamos MUY sorprendidos. Luego de algunos meses de tener a Mariana con nosotros hemos comprendido varias cosas:
1) El Down no es una enfermedad ni mucho menos una tragedia, es simplemente una condición genética que dificulta un poco el aprendizaje. Sin embargo, los niños pueden llegar a hacer casi todo lo que hace un niño normal, un poco más tarde.
2) Un hijo con Down no es una “cruz” ni un “lastre” que uno debe acarrear a lo largo de la vida. Es un ser humano maravilloso que te da muchísima felicidad, ya que te gozas doblemente el día que te sonríe por primera vez, o cuando aprende a sentarse.
3) Tu hijo especial no acaba con tu vida ni te la complica; desde que tenemos a Mariana hemos aprendido a ver la vida desde otro punto de vista. Aprendes a ser más sensible ante la vida y a no enojarte por una fila en un banco o en el tráfico, o porque se te acabó la lechuga y querías hacerte una ensalada. Aprendes a ocuparte de las cosas que realmente importan: la familia y valores como el amor, la comprensión, la empatía y la paciencia. Es más, ella nos ha introducido a un mundo diferente y hemos conocido a personas maravillosas con las que hemos compartido muy buenos momentos.
Comprendí sobre todo que lo que pensé después del aturdimiento de la noticia del pediatra era correcto: Tenemos un reto como familia. Sin embargo, nuestro reto es que Mariana sorprenda al mundo con sus capacidades, y lo más importante, que éstas le permitan ser independiente y auto realizarse como persona.
Ahora que tenemos a Mariana con nosotros le damos gracia a Dios por habérnosla enviado, ya que nos está haciendo crecer a como personas y a sobre todo como padres. Si Dios me diera a elegir retroceder el tiempo para recibir a Mariana sin Down, simplemente no lo haría: Mariana sin Down no sería Mariana…"
He aquí la historia de la persona de quién más amor y apoyo recibí, aún a costa del dolor que el mismo tuvo que sobrellevar. No te puedo decir más que gracias por haber estado ahí. Te amo.
"El pediatra entró a la habitación del hospital, nos dijo que apagáramos la TV y nos dio la noticia: Mariana tiene Síndrome de Down. La verdad que no me dio tristeza sino que el sentimiento fue más de incertidumbre. Lo único con lo que asociaba el SD era con retraso mental. ¿Qué se hace con un hijo así? ¿Qué oportunidades puede tener en la vida?
Lamentablemente las pocas personas que había conocido a través de mi vida con SD estaban bastante afectadas. Una de ellas era hija de una amiga de mi mamá. Recuerdo que casi no hablaba y nunca metía la lengua. A pesar de eso, no sentí tristeza ni miedo, luego de la incertidumbre, tenía la certeza de que teníamos como familia un reto por delante. No lloré ni he llorado a la fecha, lo cual también me preocupa porque no sé si aún no he podido desahogarme y eso pueda afectarme después. Sin embargo, creo que al menos sirvió para darle apoyo a Vanessa cuando ella estuvo mal las primeras semanas. Ella sentía que sus sueños con nuestra segunda hija se habían truncado para siempre.
Sin embargo, tanto ella como yo estamos MUY sorprendidos. Luego de algunos meses de tener a Mariana con nosotros hemos comprendido varias cosas:
1) El Down no es una enfermedad ni mucho menos una tragedia, es simplemente una condición genética que dificulta un poco el aprendizaje. Sin embargo, los niños pueden llegar a hacer casi todo lo que hace un niño normal, un poco más tarde.
2) Un hijo con Down no es una “cruz” ni un “lastre” que uno debe acarrear a lo largo de la vida. Es un ser humano maravilloso que te da muchísima felicidad, ya que te gozas doblemente el día que te sonríe por primera vez, o cuando aprende a sentarse.
3) Tu hijo especial no acaba con tu vida ni te la complica; desde que tenemos a Mariana hemos aprendido a ver la vida desde otro punto de vista. Aprendes a ser más sensible ante la vida y a no enojarte por una fila en un banco o en el tráfico, o porque se te acabó la lechuga y querías hacerte una ensalada. Aprendes a ocuparte de las cosas que realmente importan: la familia y valores como el amor, la comprensión, la empatía y la paciencia. Es más, ella nos ha introducido a un mundo diferente y hemos conocido a personas maravillosas con las que hemos compartido muy buenos momentos.
Comprendí sobre todo que lo que pensé después del aturdimiento de la noticia del pediatra era correcto: Tenemos un reto como familia. Sin embargo, nuestro reto es que Mariana sorprenda al mundo con sus capacidades, y lo más importante, que éstas le permitan ser independiente y auto realizarse como persona.
Ahora que tenemos a Mariana con nosotros le damos gracia a Dios por habérnosla enviado, ya que nos está haciendo crecer a como personas y a sobre todo como padres. Si Dios me diera a elegir retroceder el tiempo para recibir a Mariana sin Down, simplemente no lo haría: Mariana sin Down no sería Mariana…"
Pd: Aquí en la casa todo el mundo está loco con Mariana. La Dina, la nana de mis hijas, se inventa cada día cosas nuevas para entretenerla. Aquí, paseando con ella, por el jardín, en su cargador. Y Mariana encantada de ver el mundo desde otra perspectiva.
3 comments:
Sin duda, Mariana cada día sorprende más. yo no me canso de leerlos y de estar pendiente de lo nuevo que escriben. cada historia, cada avance de Mariana, cada sentimiento expresado por ustedes, nos reconfirma a quienes los leemos que esta niña no puede más que ser una inmensa bendición en sus vidas. sino cómo se explican tanta belleza, tanto amor y tanta luz que Mariana está llevando a la vida de todos nosotros? los quiero mucho y les envío millones de bendiciones...
Hermoso post, vaya suerte la que tiene Mariana la tenerlos a los dos y a Valeria junto a ella. Esta niña va a brillar.
Hola Nadina y Denise. Gracias por sus comments. Ahora que veo las cosas hacia atrás... uno se pregunta ¿cómo fue posible que no me diera cuenta que Mariana sería lo mejor que nos habría de pasar en la vida? Y bueno... debe ser porque era el camino obligado.
Gracias por estar con nosotros!
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