Jorgito

Jorge, el papá de Jorgito, me contactó a través de una amiga. Cuando lo conocí, tenía a penas dos días de haber recibido esta noticia tan dura. Pero del dolor hicieron lo más lindo: convertirlo en amor por sus dos hijos. Ahora, tres meses después, es admirable como han comenzado ya a dar grandes pasos en el desarrollo de su hijito. Siempre se los dije: Ustedes son buenos papás, no tendrán problemas. Aquí el testimonio de Jorge:

Todo comenzó realmente el 20 de noviembre de 2006, aunque Jorgito nació el 9, adelantándose 3 semanas rompiendo “la fuente” pues la FPP era para el 30, al nacer no nos dijeron nada, solamente que el niño había nacido con su cuellito más flácido de lo normal lo cual atribuía a su posición en el vientre, y que con los días mejoraría, salimos del Hospital el 11. Pues el 20, lo llevamos al Dr. para consultarle sobre eso, y ahí comenzó (para ese momento) el dolor emocional más grande del mundo, el Dr. nos dijo “creo que el niño tiene SD, pero no se los puedo asegurar, hay que practicarle un cariotipo para estar totalmente seguros”. Dice Vanessa que eso te lo dicen para que te lo creas científicamente, ya que la negación es un problema común, yo la viví, pero es inconciente, no puedes creer que te haya pasado a ti. Después de la noticia, mi esposa lloró y yo sentí un sudor frío sin embargo no lloré y pase un par de días que por más que quería no podía, mi esposa como es de “llanto fácil” se desahogaba, aparecían miles de preguntas, Porque nosotros?, que hicimos mal?, Porque no fue “normal”? y el dolor, frustración y miedo se apoderaban de nuestra vida, ya nada era igual, es horrible todo lo que se siente, y el apoyo mutuo es importante, pero Dios no te deja solo y nos envió un ángel llamado Vanessa, que nos ayudó enormemente en ese proceso de adaptación y recuerdo todas sus sabias palabras: “ya veras todo pasará, ese dolor pasará”, con ella pase varias horas chateando, preguntándole cosas que seguramente le causaban risa, pues mi ignorancia sobre el tema, me permitían hacerlas, pues ella muy gentilmente las contestaba, y cuando nos sentíamos con los ánimos por el suelo, ella nos levantaba, Aída mi esposa, siempre me decía, “ya le preguntaste a Vanessa esto y lo otro” ella era y aún lo es, fuente inagotable de conocimiento sobre el Síndrome de Down. Ella utiliza una frase muy personal cuando se refiere a donde quiere llegar con el desarrollo de su hija, “mi norte”, y es curioso que su Mariana se ha vuelto nuestro “norte”. Algo sumamente importante en el caminar de esta misión divina, es precisamente acercarse a quien te la ha dado, buscar a Dios, si el no estaba en tu vida, en esto nos ayudo Patti, ahora a un poco más de 3 meses, estamos felices con nuestro angelito, dispuestos a luchar por el, permitiéndole que se desarrolle lo mejor posible. Para finalizar quiero mencionar las palabras de mi esposa que me hicieron reaccionar: “Porque lloramos si nuestro hijo no esta muerto” Sabias palabras, Te Amo esposa.

Pd.: en la foto, Jorgito, que es un chinito divino. ¡Qué grande está, tenía tiempos sin verlo!