Ingrid me dejó pensando en un mail que me mandó. ¿Cómo es la vida de los niños que tienen un hermano Down? Es como pregunta de examen, yo creo.
Una de las cosas que más preocupa cuando nace un bebé Down es: Ahora mi hija o hijo mayor tendrá una "carga". Ahora su hermano será una responsabilidad más. Ahora mi hijo no será feliz.
Lo pensé, claro que lo pensé. Y comencé a averiguar. He aquí mis resultados.
Como toda llegada de hermanito, siempre hay cierta inquietud y hasta celos por parte del hermano mayor. Es obvio: La atención ahora es compartida. En el caso de nuestros bebés Down, dicha atención puede ser incluso mayor. Supongo que Valeria resintió todo el tiempo que dedicamos a Mariana y su operación de corazón. De hecho, desde esa fecha no la hemos podido sacar de nuestra cama y creo que no lo haremos en mucho tiempo.
Sin embargo, tales circunstancias no se deben al Down en sí mismo, sino a una situación concreta, que también se hubiera presentado si a Mariana le hubiera dado paperas, sarampión, etc.
Recuerdo que un día platiqué con el hermano de José Javier, Alejandro, que hoy está casado, tiene dos hijitos y participa mucho de las cosas de su hermano. El nos contó que José Javier fue siemrpe uno más entre ellos. Se daban duro parejo, lo molestaban como se hace con cualquier hermano menor y también compartían.
Alejandro dice que hoy por hoy, sus hijos no han podido tener mejor tío. Si bien es cierto, a José Javier se le dificultan algunas cosas, en otras es lo fantástico que un tío sin Down no podría ser. El día que lo vi en Pricesmart, por vez primera, bien recuerdo, andaba cuidando a su sobrino de 7 años (confieso que en parte por eso me costó adivinar si tenía Down o no, porque no es la idea que uno tiene. Uno cree que una persona con Down necesita ser cuidada, y no que sea la persona que cuida). Mientras platicaba con nosotros José Javier atendía también los jalones que le pegaba el sobrino para que siguieran jugando. Según Alejandro, en las piñatas de sus hijos, José Javier es siempre el mago. Y no es mago buena gente, sino de esos que disfrutan molestando a los niños (José Javier tiene muy buen sentido del humor). - Puede ser- nos dijo Alejandro- que a José Javier le cuesten algunas cosas, pero lo que le da a mis hijos hace que sea un tío increible.
Ojalá Ingrid que con estas reflexiones vayamos aclarando dudas, que también las he tenido. Voy, en todo caso, a preguntar más. Un abrazo!
Pd.: en la foto Valeria cuidando a Mariana mientras sus papás compran libros.
Una de las cosas que más preocupa cuando nace un bebé Down es: Ahora mi hija o hijo mayor tendrá una "carga". Ahora su hermano será una responsabilidad más. Ahora mi hijo no será feliz.
Lo pensé, claro que lo pensé. Y comencé a averiguar. He aquí mis resultados.
Como toda llegada de hermanito, siempre hay cierta inquietud y hasta celos por parte del hermano mayor. Es obvio: La atención ahora es compartida. En el caso de nuestros bebés Down, dicha atención puede ser incluso mayor. Supongo que Valeria resintió todo el tiempo que dedicamos a Mariana y su operación de corazón. De hecho, desde esa fecha no la hemos podido sacar de nuestra cama y creo que no lo haremos en mucho tiempo.
Sin embargo, tales circunstancias no se deben al Down en sí mismo, sino a una situación concreta, que también se hubiera presentado si a Mariana le hubiera dado paperas, sarampión, etc.
Recuerdo que un día platiqué con el hermano de José Javier, Alejandro, que hoy está casado, tiene dos hijitos y participa mucho de las cosas de su hermano. El nos contó que José Javier fue siemrpe uno más entre ellos. Se daban duro parejo, lo molestaban como se hace con cualquier hermano menor y también compartían.
Alejandro dice que hoy por hoy, sus hijos no han podido tener mejor tío. Si bien es cierto, a José Javier se le dificultan algunas cosas, en otras es lo fantástico que un tío sin Down no podría ser. El día que lo vi en Pricesmart, por vez primera, bien recuerdo, andaba cuidando a su sobrino de 7 años (confieso que en parte por eso me costó adivinar si tenía Down o no, porque no es la idea que uno tiene. Uno cree que una persona con Down necesita ser cuidada, y no que sea la persona que cuida). Mientras platicaba con nosotros José Javier atendía también los jalones que le pegaba el sobrino para que siguieran jugando. Según Alejandro, en las piñatas de sus hijos, José Javier es siempre el mago. Y no es mago buena gente, sino de esos que disfrutan molestando a los niños (José Javier tiene muy buen sentido del humor). - Puede ser- nos dijo Alejandro- que a José Javier le cuesten algunas cosas, pero lo que le da a mis hijos hace que sea un tío increible.
Ojalá Ingrid que con estas reflexiones vayamos aclarando dudas, que también las he tenido. Voy, en todo caso, a preguntar más. Un abrazo!
Pd.: en la foto Valeria cuidando a Mariana mientras sus papás compran libros.
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