Proyecto Roma

En cuanto nos dan la noticia, lo primero que hemos pensado como padres es: ¿o sea que mi hijo será un retrazado mental? Y es obvio, esa es la base fundamental de los prejuicios en contra de los Downs.
Sin embargo, existe estudios neurológicos, psicológicos y pedagógicos que han demostrado que la inteligencia no es estática ni genética, sino que se desarrolla a lo largo del proceso educativo (entiéndase escolar, social, familia, moral, etc.). Esta nueva propuesta se llama Proyecto Roma, y sobre esta base fue educado Pablo Pineda (el muchacho con Down (Down simple, no mosaico) que se graduó de la universidad y está a punto de terminar otra carrera). Este proyecto ha sido creado por tres médicos italianos y un educador español, y a la fecha ha dado excelentes resultados, tanto que treinta muchachos con Down vienen ya siguiendo los pasos de Pablo. Pablo ha dado una entrevista, que puede encontrarse aquí. Léanla detenidamente, tratando de encontrar las claves de su educación (yo la he leído muchas veces y siempre encuentro cosas nuevas). La entrevista presenta ideas muy claras y denota la inteligencia sobresaliente y profesional de Pablo (les aseguro que se van a sorprender).
¿Por qué ha tomado este proyecto a los niños Down como base? Porque resulta ser que se ha demostrado que su retrazo no es tan, sino que han sido víctimas de aislamiento y discriminación. Una especie de corte cultural a edad temprana que les ha impedido absorber todo lo que un niño regular sí absorbe, por el simple hecho de no ser marginado.
Pablo dice en su entrevista que la mayoría de Downs prefieren hacerse pasar por niños eternos, de esa forma se protegen de la gente y su entorno, cuando realmente tendrían la capacidad para madurar y llevar una vida norma. ¿Interesante, no?
Pues bien, este proyecto consiste básicamente en una revolución educativa. Ya se encuentra presente en España, en Perú, en Guadalajara (México), en Chile y Argentina (hasta donde yo sé).
Este proyecto pretende hacer entender a los padres, mediadores (educadores especiales) y educadores regulares que ellos deben ser parte de las soluciones y no de los obstáculos. Que deben estar alineados con los padres y médicos para ir sorteando las dificultades que al alumno se le presenten. Pero también pretende un cambio en la forma en que nosotros los padres veamos a nuestros hijos. Leí en una entrevista de una mamá peruana que cuando ella llevó a su hijo con Down para incorporarlo a este proyecto, su sorpresa fue que no evaluaron al niño, sino que a ella para ver qué era lo que esperaba de él. Le explicaron que el éxito de todo dependía de las expectativas que ella tuviera de su hijo, más que las capacidades de este. Pues bien, cuando les pregunten qué esperan de sus hijos con Down, jamás por favor digan: que sea feliz o que sea independiente. Respondan concretamente que esperan lo mismo que de sus otros hijos regulares.

Pd: sigo leyendo el libro del Proyecto Roma que mi amiga Sandra me hizo llegar. Les seguiré contando más, después.